Sunday, July 18, 2010
ODE TO A SOLITARY MIND oda a una mente solitaria
Yudoyoko ha asimilado de un modo singular el enclave atlántico de nuestro país en “marinas” no descriptivas, sino conceptuales, que proponen separarse de la tierra y a la vez meterla en el globo del ojo. Ven desde el aire y para el aire. Abren una expectativa de meditación, un contemplar suspenso, levitante. Flotan globos y parapentes, casas palustres, sin gravidez, rodeadas de halos de fuego.
Los globos a veces alargados, sugieren la propia expansión de la retina, atravesada por una intensidad calma, que ensancha el espacio y el tiempo.
Cada cuadro es una experiencia y una pregunta. En el agua de los ojos, en el mar interrogante, arde una línea de fuego. Una llama sobre al agua sostiene, inquietante, la pregunta. Una pregunta sin repuesta.
El contemplativo globo ocular levita en el cielo del cuadro, tanto afuera cono adentro, exterior e interior, revertido como un guante. El cuadro representa el dispositivo de la visión, la membrana del ojo, contagiándole un ánimo de recogimiento y éxtasis, parco y enardecido. Más que una maquina de ver, el cuadro en un despositivo para contemplar, una introducción e la felicidad del trabajo. (Roberto Echavarren)
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