Violencia de menores, nuestro propio retrato
En una película de la saga Robocop 2 (USA), de acción de clase Blockbuster, el cruel jefe de la pandilla contra quien luchaba la policía cyborg (mitad hombre mitad maquina) era un menor de no más de 13 años de edad. Eso era ciencia ficción, parecía graciosa e “innovadora”, pero lo que está pasando ahora en Uruguay y en otros sitios no es para nada divertido, tampoco es una película o un video juego.
Una banda de menores robó una óptica céntrica de Montevideo. El más violento tenía cerca de 12 años; Un comerciante de 22 años falleció tras ser asaltado y baleado por dos delincuentes, presumiblemente menores. A Juan Carlos Matonte Figuerón lo mataron en noviembre de 2007. Tenía 17 años y recibió un tiro en el ojo.
El Ministerio del Interior reveló que en el año 2009 las rapiñas cometidas por menores crecieron un 81,8% respecto a 2008 en todo el país. Además, la cantidad de adolescentes que "cometieron” delitos o participaron" en ellos aumentó un 11,5%.
La edad de imputabilidad en Costa Rica es 12 años, en Venezuela 12 años, en Ecuador 12 años, en Paraguay 14 años, en Chile 14 años; en Alemania 14 años, en Inglaterra 10 años, en Holanda 14 años, en España 14 años.
¿Que hemos hecho? ¿En qué nos convertimos? ¿En qué se convierte nuestra sociedad? ¿Somos Frankenstein, sin darnos cuenta creamos monstruos, como en la novela de Mary Wollstonecraft Shelley que justamente también lo llamó El moderno Prometeo?
Un tríptico, un retrato de nosotros y de nuestro tiempo, a través de la investigación de datos, imágenes y dibujo. Las imágenes de los menores delincuentes, de las víctimas, las armas, trazos de violencia como manchas de sangre en forma de calavera y otros elementos agresivos se superponen, creando una retrato, un collage digital inspirado por el maestro Robert Rauschenberg. Cada una de las obras del tríptico, impresa y enmarcada, con vidrio, ha sido intervenida: una con un tiro, otra con un martillazo y la tercera con un apuñalamiento, dejando el vidrio roto como elemento de agresión visual.